miércoles, 16 de junio de 2010

Pesadilla

"Después de la tempestad, viene la calma" Esa es la frase que viene mejor en este momento, y es que después de un periodo de clases teóricas y como limitante de mis vacaciones de verano, debía llevar a cabo un examen decisivo. No estoy ahogándome en un baso de agua, lo que pasa es que anteriormente me había ido terrible en esa materia, las teorías del discurso visual no es una materia que se me dé, si reprobaba debía irme a un extraordinario imposible de pasar. ¿Cómo iba a darme el gusto de reprobar una materia y más a nivel universitario? No soy un nerd o algo así, pero nunca he reprobado en toda mi vida y no era tiempo de hacerlo.

Sabía que había estudiado como ñoño desde una semana antes, pero aún así, siempre existen exámenes con truco que confunden, la idea de reprobar me estremecía. Esa noche tuve un sueño de los más extraño, un sueño casi "diabólico" donde la inquietud de mi mente tuvo consecuencias en mi descanso. Soñé que en mi escuela existía una especia de infección que hacía de la gente personas malas, malas en serio, y que algunos de mis compañeros y yo aún no estábamos infectados. Existía una fila para infectar a los nuevos, los cuales desconocían su final y yo al estar enterado me salí de la fila en la búsqueda de la salida, la puerta se encontraba cerrada con dos individuos con caras diabólicas vigilándola y una mujer cantando una melodía realmente espeluznante (si en ese momento hubiera despertado, hubiera sido capaz de escribir la letra), la melodía tan nítida como si ya la hubiera escuchado. Al intentar saltar las rejas con el don de volar de la cual se caracterizan mis buenos sueños, intenté liberarme de ese final trágico, pero un compañero de la fila me delató y detrás de mí fueron seres más fuertes que yo, con los que era absurdo intentar luchar, uno me atrapó... Desperté un instante después.

Aún confundido por aquella pesadilla, busqué mis cosas para bañarme y puse una buena melodía para despejar mi mente. Inmediatamente después, empezó un tema que yo identifiqué al momento, era el canto de la mujer de mi pesadilla... ¿Cómo es que aparecen cosas en tu librería de iTunes sin que tú te des cuenta? Seguramente me la pasó alguien y que jamás escuché. Apagué la computadora.

El examen pasó y mi calificación salió a la luz... Un diez, no está nada mal.

lunes, 14 de junio de 2010

Armonía

Otro semestre está por terminar, pero cuando ves hacia atrás, te das cuenta qué cosas buenas y malas has conseguido. Una lista de comparaciones se encuentra en mi mente, pero por ejemplo hoy recordé las palabras de una niña de diecisiete años con la que platiqué algunos días atrás... Ella me decía que no quería cumplir dieciocho años porque muchas responsabilidades surgirían, y sí, efectivamente las cosas de diecisiete a dieciocho años sí suelen cambiar mucho, son totalmente diferentes, pero... ¿Qué tan maduro debes ser para tomar la decisión de independizarte? ¿Es acaso ingratitud hacia tus padres que te han dado todo para que tú seas feliz? ¿Es acaso un acto de valentía al enfrentarte al "mundo real"? Digo el mundo real porque quieras o no, al ser mantenido, alimentado y frecuentado por tus padres es como vivir en una burbuja protectora.

El último semestre de la universidad se aproxima, muchas decisiones que tomar y abrir la mente para tomar las adecuadas. Quiero probar un poco de ese "mundo real" pero... ¿Ese momento es ahora?

La Audición

Era un nuevo día, las cosas en la escuela fluyeron por sí solas como de costumbre y salí disparado a mi casa, caminé hacia el transporte y después esperé en el amplio trayecto de la universidad a mi casa, no sé por qué fue, pero la estancia sobre el transporte público me pareció una eternidad, al fin llegué a mi casa y mi madre esperaba en mi casa por mi llegada; es increíble que cada día es diferente y a la vez parece ser lo mismo toda la vida. Después de la comida y una angustiaste siesta me percaté que a mi mente se aproximaba una auto promesa que había implantado como propósito de año nuevo. La audición para el musical que mi universidad ofrecía parecía ser la respuesta. Una especie de deja vú invadió mi entorno cuestionándome qué es lo que había disparado dicho trance de recuerdos y memorias no recordadas, fue como si mi inconsciente hubiera arrojado a mi mente eventos que mi consciente no había percibido y los cuales eran de una vital importancia.


"El casting para el Musical, El casting para la obra de teatro"


Lo peor es que ni siquiera sabía si una convocatoria se encontraba abierta. La imagen del poster que mi inconciente captó surgió.